Un jeque saudí ha comprado una gran parte del edificio del antiguo casino de Toledo, en pleno corazón de la ciudad que es capital de Castilla-La Mancha y, sobre todo, una de las señas de identidad de la España al modo cristiano desde que Alfonso VI consumara en 1085 el cambio de titularidad de enclaves como Toledo, Cuenca, Ciudad Real, Madrid o Guadalajara. Todas ellas eran villas de la misma taifa, origen de lo que luego se llamó Castilla-La Nueva en los libros escolares, hasta que llegó Bono y se inventó otra cosa con bibliografía subvencionada. Qué pereza tener que recordar lo que algunos nunca han conocido.
Al tal jeque Abdulaziz Fawzan S. Alfawzan le atribuyen méritos tan logrados como la puesta en marcha de "Córdoba Televisión", que no es un canal local sino un proyecto de alcance internacional, así llamado por lo evocador del nombre.
Dicen que en el edificio neomudéjar que –negocios son negocios– era propiedad de un constructor local, se va a habilitar un centro de interpretación islámica y otro para el culto, suponemos que wahabista, visto el perfil del promotor de ese su futuro uso.
Por de pronto, alrededor de la operación ya se han desatado los rumores, las suspicacias y los recelos previsibles en una ciudad como es aquella. En Guadalajara hace ya muchos años que la mezquita más concurrida está a un centenar de metros del Ayuntamiento, antes y después de que los vecinos del barrio de Escritores se sublevaran contra la que les quisieron abrir en los bajos de un bloque donde habitan obreros y funcionarios, junto a representantes de algún grupo social con necesidades especiales. ¿A quién votarán esos vecinos el 20-D? El que sea curioso, que analice los datos y sonría.
Cuando la operación toledana se consume y ya sea oficial, como siempre sucede en estos casos, llegará la oleada de mensajes políticos alertando contra la xenofobia, el racismo y la persecución de los sentimientos religiosos. Será días o semanas después de que la renovación o no del voto por parte de un ayuntamiento manchego a la Inmaculada Concepción haya puesto a su alcaldesa en el altar o en la picota, según quien lo opinase. A los de la Academia de Infantería no parece que haya nadie con ganas (todavía) de quitarles la Patrona. Cuestión de mosquetones.
Para ser un invento de los hombres, hay que ver lo que nos sigue influyendo la religión en la vida cotidiana. En Toledo los hay ahora que ya no saben si ponerse a mirar pa´Fuensalida o pa´ La Meca.
source : irib
