En caso de que EE.UU. envíe fuerzas militares a Irak so pretexto de participar en la operación para la liberación de la ciudad norteña de Mosul, sus soldados “serán uno de nuestros blancos”, alertó el domingo la alta figura shiíta.
Con estas palabras, el clérigo iraquí ratificó su rechazo a los pronunciamientos hechos por el secretario de Defensa de EE.UU., Ashton Carter, quien propuso durante su viaje a Irak hace dos semanas el despliegue de 560 militares estadounidenses adicionales a este país árabe bajo el alegato de respaldar los operativos contra el grupo terrorista Daesh.
Con respecto a los últimos atentados terroristas que golpearon al país, Al-Sadr hizo un llamamiento a apoyar la unidad del país y a evitar el estallido de conflictos sectarios.
El anuncio de Carter tuvo lugar en medio de continuas victorias sobre el terreno de las fuerzas iraquíes ante los terroristas. El pasado 9 de julio, las tropas iraquíes liberaron la estratégica base aérea de Al-Qayyarah, lo que supuso un nuevo golpe contra el Daesh, que ve cómo las fuerzas gubernamentales estrechan su cerco sobre su último gran feudo.
Por su parte, las fuerzas populares iraquíes, conocidas como Al-Hashad al-Shabi, recordaron que “Irak no es un lugar para los estadounidenses” y prometieron luchar contra el nuevo contingente norteamericano, tal como lo han hecho en el pasado.
Los opositores a la presencia estadounidense en Irak sostienen que Washington busca aprovechar la operación de la liberación de Mosul, la capital de Nínive, para jactarse de la supuesta eficacia de la llamada coalición anti-Daesh que lidera, puesto que esta coalición hasta el momento no ha cosechado logro alguno en la lucha contra el Daesh.
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