El Centro de Derechos Humanos de Bahréin (conocido también por sus siglas en inglés BCHR) ha dicho que hasta el pasado día miércoles se habían documentado 36 protestas pacíficas en todo el país del Golfo Pérsico, realizadas solo entre los días 24 y 30 de julio del presente año, 11 de las cuales fueron suprimidas violentamente por las fuerzas policiales del régimen de Al Jalifa.
Desafiando la represión del régimen, el pueblo de Bahréin volvió a tomar las calles en varias ciudades y áreas del país, pidiendo el fin del régimen tiránico de la familia Al Jalifa.
El pasado día miércoles por la noche, las fuerzas de represión bahreiníes atacaron una manifestación pacífica celebrada en la isla de Sitra, destinada para conmemorar a los mártires caídos a manos del régimen.
Las fuerzas bahreiníes dispararon gases lacrimógenos y balas de goma para dispersar a los manifestantes, que corearon consignas contra la dinastía de Al Jalifa y prometieron vengarse de las atrocidades del régimen.
Los manifestantes reiteraron su solidaridad con el principal clérigo Shiíta, el Ayatulá Issa Qassim, quien está bajo arresto domiciliario en la localidad de Diraz.
El Ayatulá Issa Qassim, líder espiritual del bloque de oposición disuelto de Bahréin, la Sociedad Nacional Islámica al-Wefaq, fue despojado de su nacionalidad en pasado mes de junio por las graves acusaciones de que utilizó su posición para servir a intereses extranjeros y promover el sectarismo y la violencia. Él niega todos estos cargos.
Bahréin por otra parte es la sede de la Quinta Flota de la Armada de los Estados Unidos y de una base naval británica en construcción; este país además ha sido testigo de protestas pacíficas contra el régimen por el abuso sistemático contra la población shiíta y la discriminación contra ellos intensificada desde el año 2011.
Manama ha respondido a las protestas con fuerza letal, lo que ha provocado críticas internacionales.
Las autoridades de Bahréin también han detenido a activistas de derechos humanos, han dividido a los principales partidos políticos de oposición y han revocado la nacionalidad de varios activistas.