Existen tres principios de fe que definen al musulmán en forma general y básica: el Monoteísmo o la creencia en un Dios Único, la Profecía o la creencia en los Profetas y Libros revelados, sean los conocidos anteriores al Islam, y en especial en Muhammad (BP) como Mensajero de Dios y el Corán como el Libro de Dios, y la Resurrección en el Día del Juicio Final donde se juzgarán las acciones de cada ser humano y se retribuirá el bien con el bien en el Paraíso, y el mal con el mal en el Infierno. Si acepta los tres principios y cree en ellos libremente y sin compulsión, “de buena fe”, entonces puede ser musulmán si acepta poner en práctica el Islam para su vida. Si rechaza alguno de estos Principios, queda fuera del Islam aunque pretenda ser de los musulmanes.
Aparte de estos tres principios de fe, existen otros dos que son la Justicia Divina, que particulariza el Atributo de Justicia sobre otros Atributos Divinos, y la creencia en el Imamato, que destaca la importancia del líder conductor o Imam, que individualizan al musulmán como shi’ita, en tanto que si cree en la Predestinación absoluta y no acepta el Imamato, será un musulmán sunnita, siendo éstas las dos corrientes o Escuelas más importantes del Islam que han sobrevivido a lo largo del tiempo.
Si no son dogmas, ¿cómo se alcanza la fe en los Principios mencionaos?
Se debe alcanzar a través del razonamiento, la deducción, la lógica. Es el intelecto del ser humano quien debe alcanzar los Principios de fe por sí mismo. El Corán y las Tradiciones que reúnen las palabras y consejos del Profeta Muhammad (BP), así como las obras de los grandes sabios y maestros del Islam, le sirven al hombre de guía, orientando sus pensamientos hacia una reflexión positiva que le permita alcanzar la creencia. Pero el musulmán no es forzado a creer en algo que va contra la razón y la lógica ni a aceptar dogmas sin ningún cuestionamiento, lo que produce una fe ciega en algo que no resiste el menor análisis y es contrario a cualquier pensamiento razonable y moralmente válido. Por consiguiente, vemos que las definiciones de fe y creyente en el Islam son distintas a la concepción que la gente comúnmente tiene en occidente sobre estos asuntos.
¿Qué es la fe?
En el Islam, la fe no es la creencia ciega y dogmática en algo que no se puede comprobar ni siquiera razonar. En principio, para el musulmán fe esconocimiento, y el creyente es aquél que conoce la realidad, que tiene una visión más acabada y perfecta de la misma. En cambio, incrédulo es sinónimo de ignorante y ciego, pues desconoce la realidad y no puede percibirla (negándose a ello). Pues Dios es la mayor de las realidades, la más segura verdad de la cual hay pruebas delante de cualquier ser humano para que las pueda percibir con sus sentidos y analizar con su intelecto. Luego, aquél que ante la abrumadora cantidad de pruebas que confirman la existencia de Dios, se niega a aceptar la verdad y rechaza la realidad, no es otra cosa que un ignorante y ciego, por más que parezca ser inteligente y sano.
La fe y las obras.
Dijimos que “en principio” la fe es sinónimo de conocimiento. Pero en realidad, la fe es algo más que mero conocimiento: la fe también es acción. El creyente es aquél que pone en práctica lo que conoce y obra en concordancia a lo que cree. Por lo tanto, el creyente se define no sólo por sus creencias, sino también por sus acciones. Es el conocimiento puesto en práctica lo que establece al ser humano en el sendero del Bien, en el camino de la felicidad y la salvación. Una y otra vez, el Corán nos enseña que al Paraíso ingresan “los creyentes que practican el bien”. Así, la salvación no se obtiene sólo por la creencia (como alegan los cristianos), sino que el hombre debe reunir la fe con las acciones buenas que exhiban su fe.