El estudiante chileno-palestino de ciencias islámicas de la Universidad Internacional Al-Mustafa, Sheij Jalil Sahurie, dijo que la movida fue una de las posiciones más viles, injustas y repugnantes jamás hechas por una potencia mundial en relación con el llamado proceso de paz entre Palestina e Israel.
"Naturalmente condenamos y denunciamos en los términos más enérgicos la decisión del presidente Trump, supuestamente de cumplir con una promesa de campaña nacional por parte de él como candidato presidencial el año pasado, pero todos sabemos que la araña que tejió esta red fue su yerno Jared Kurshner, hijo de un radical judío sionista estadounidense financista de asentamientos ilegales en territorios palestinos y de la presión del lobby evangélico filosionista de este país".
"De hecho, la promesa nunca debió haber sido hecha, ya que el estado final de la ciudad santa solo ha estado sujeto a un acuerdo final en las negociaciones de paz entre Palestina e Israel", dijo en un comunicado el día de hoy.
Jerusalén o Bait-ul-Muqaddis es una ciudad considerada sagrada por las tres religiones abrahámicas, a saber, el Islam, el cristianismo y el judaísmo. Para los musulmanes, la ciudad es la tercera ciudad santa después de La Meca y Medina.
Sheij Sahurie pidió al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que interviniera y reafirmara la posición de Jerusalén como sujeta a un acuerdo final entre Palestina e Israel, en consonancia con el derecho internacional y los principios universales de derechos humanos.
"También instamos a la Organización de Cooperación Islámica a reunirse sobre este tema y tomar medidas drásticas y decididas en vista de la medida de los EE. UU., Incluida una revisión y si es posible, una degradación o ruptura de vínculos con los Estados Unidos sobre la misma.
"Se debe hacer que los EE. UU. Sepan que su acción más reciente en este sentido tiene consecuencias y éstas no deben tomarse a la ligera", enfatizó.