Por la Lic. SumeiaYounes
La celebridad de esta historia y las narraciones que la transmitieron superan el límite de tawâtur[1]. Los sabios shi‘as escribieron valiosos libros respecto a este suceso, el más englobador y completo de los cuales es el de ‘Al·lâmah Amînî -que Dios esté complacido de él- quien transmite la historia de Gadîr Jumm en el primer tomo de su afamado libro Al-Gadîr citando los nombres de ciento diez Compañeros del Profeta, ochenta y cuatro Tâbi‘în (Compañeros de los Compañeros) y de trescientos sesenta sabios y narradores de hadices de Ahl-us Sunnah que citaron el Hadîz en sus libros, con todas las características y explicaciones de la situación y condición de sus narradores: cincuenta y seis sabios del siglo II de la hégira, noventa y dos del siglo III, cuarenta y tres del siglo IV, veinticuatro del siglo V, veinte del siglo VI, veintiuno del siglo VII, dieciocho del siglo VIII, dieciséis del siglo IX, catorce del siglo X, doce del siglo XI, trece del siglo XII, doce del siglo XIII y diecinueve del siglo XIV[2].
Además, veintiséis sabios Shi‘as y Sunnis escribieron libros que en forma independiente solo se refieren a este suceso. Asimismo cientos de poetas y literatos tanto árabes como no-árabes escribieron poesías y cantaron elegías al respecto, y nosotros, con el fin de no extendernos demasiado en el texto, traducimos la historia del libro Al-Gadîr, eligiendo la más resumida y compendiada y al mismo tiempo la más abarcadora de todas las narraciones que fueron citadas en los libros de la gente de la Sunnah[3]:
En el año décimo de la hégira, el Enviado de Dios (BP) anunció a la gente que se dirigiría a realizar la Peregrinación, por lo que una gran multitud de entre las diferentes tribus y clanes de los alrededores, se dirigió a Medina para acompañar al Profeta y aprender de él lo relacionado a este deber divino (la realización de la Peregrinación a la Casa de Dios).
Este fue el único Hayy que el Enviado de Dios (BP) realizó tras su emigración a Medina. No lo había realizado antes y ya no lo haría jamás hasta que falleció, por lo que se lo llamó Hayyat-ul Wadâ‘ (Peregrinación de Despedida),Hayyat-ul Islâm (Peregrinación del Islam),Hayyat-ul Balâg (Peregrinación de la Anunciación),Hayyat-ul Kamâl (Peregrinación de la Perfección),Hayyat-ut Tamâm (Peregrinación de la Completación).
El Enviado de Dios (BP), tras realizar un Gusl y ungirse aceite en el cuerpo, salió de Medina a pie, vistiendo solo dos simples piezas de telas (Ihrâm) -una atada a la cintura y otra sobre los hombros-. La fecha de su partida de Medina fue un día sábado veinticuatro o veinticinco del mes de Dhûl Qa‘dah.
El Enviado de Dios (BP) llevó consigo a todas sus esposas quienes iban montadas en literas de camellos, acompañándolo también muchos de sus familiares y emigrantes de La Meca, los auxiliares de Medina y tribus árabes.
Su partida coincidió con una epidemia de viruela y/o fiebre tifoidea que afligió a la gente de Medina y es por ello que muchos no pudieron dirigirse a realizar la Peregrinación con el Profeta (BP), pero aun así, una gran cantidad de gente salió con él. Según algunos partieron ciento catorce mil, según otra tradición ciento veinte mil, en otras ciento veinticuatro mil y otros mencionaron mucho más.
Este número solo corresponde a quienes partieron de Medina junto al Profeta (BP), ya que la cantidad de personas que realizaron el Hayy junto a él, como la gente de La Meca, y los que llegaron luego desde el Yemen junto a ‘Alî (P) y Abû Mûsâ, eran muchos más.
Tras ello ‘Al·lâmah Amînî transmite la historia del viaje y las paradas y lugares en los que permanecieron a lo largo del camino, y luego dice que el Profeta ingresó a La Meca el día martes, y tras realizar los ritos del Hayy emprendió el regreso a Medina, acompañándolo aquella misma gente, hasta que llegó a Gadîr Jûmm, que es una región de Yuhfah donde se separan los caminos de la gente de Medina, Egipto y Irak. Allí se detuvo.
Era el día jueves 18 de Dhûl Hiyyah, en el que el Ángel Gabriel descendió y le reveló la siguiente aleya por parte de Dios, Glorificado Sea:
«¡Oh Enviado! Proclama lo que te fue revelado por tu Señor, porque si no lo hicieras no habrás comunicado Su Mensaje, y Dios te mantendrá a salvo de la gente».
(Al-Mâ’idah; 5:67)
De este modo encomendó al Profeta (BP) que presentara a la gente a ‘Alî (P) y les anunciara el tema de la Wilâiah y el liderazgo, y la obligación de que fuera obedecido. Esto sucedió en un momento en que las caravanas que estaban a la vanguardia se encontraban cerca de Yuhfah, por lo que el Enviado de Dios (BP) ordenó que aquéllos que estaban adelantados regresaran, y que los que estaban rezagados se detuvieran en ese lugar. También advirtió que nadie debía detenerse bajo cinco árboles juntos que allí había, y que limpiaran y barrieran la tierra bajo los mismos, hasta que se hizo la hora de la oración del mediodía y se escuchó el llamado a la oración. El Enviado de Dios (BP) se dirigió hacia aquellos árboles y rezó allí la oración del mediodía junto a la gente. Aquel día estaba intensamente caluroso, hasta el punto que los presentes colocaban parte de sus capas y mantos sobre sus cabezas y parte bajo sus pies para que el calor del sol no los hostigara. El Enviado de Dios (BP) también se refugió bajo la sombra de una tela que había sido colocada sobre uno de aquellos árboles.
Después de concluir con la oración el Enviado de Dios (BP) se puso de pie en medio de la gente sobre unas monturas de camello que habían sido dispuestas allí, y con una voz expresiva y alta que llegaba a oídos de todos, habló así:
“La alabanza sea solo para Al·lah y a Él pedimos ayuda. En Él creemos y a Él nos encomendamos, y nos refugiamos en Dios de nuestro propio mal y de la maldad de nuestros actos.
¡Oh gentes! Por cierto que el Señor Misericordioso y Sabio me ha informado que el período de mi vida se acerca a su fin y yo pronto responderé a la invitación de Dios; y vosotros y yo somos responsables cada uno de lo que se nos ha encomendado, entonces ¿vosotros qué decís a esto?”.
La gente dijo: “Atestiguamos que anunciaste muy bien tu Mensaje y nos aconsejaste y te esforzaste. ¡Que Dios te recompense en la mejor forma!”.
Dijo: “¿Atestiguáis que no hay divinidad más que Al·lah, y que Muhammad es Su siervo y mensajero, que Su paraíso es verdad, que Su fuego es verdad, que la muerte también es verdad, y que la Hora está próxima, de lo cual no hay duda, y que ciertamente Dios Único resucitará a los que están en los sepulcros?”.
Dijeron: “Sí, lo atestiguamos”.
El Enviado de Dios (BP) dijo: “¡Señor mío, Sé testigo!”.
Entonces dijo: “¿Acaso me estáis escuchando?”.
Respondieron: “Sí”.
Dijo: “Sabed que yo entraré a la Fuente de Kauzar y vosotros también volveréis a mí, al lado de la Fuente, la que tendrá un ancho como de San‘â’ y Busrâ[4], y en la cual habrá copas de plata como hay estrellas en el cielo. Entonces observad cómo tratáis a Zaqalain -los dos tesoros-, y cómo observáis mi derecho en relación a ellos dos”.
Uno de los presentes dijo: “¿Y cuáles son los dos tesoros ¡oh Mensajero de Dios!?”.
Dijo: “El tesoro mayor es el Libro de Dios, uno de cuyos extremos se encuentra en manos del Poder de Dios, Imponente y Majestuoso, y el otro extremo está en las vuestras. Entonces, aferraos a él para que no os desviéis. Y el tesoro más pequeño es mi familia, y así como el Benevolente, el Informado me ha anoticiado, estos dos no se separarán jamás hasta que regresen a mí en la Fuente (de Kauzar). Yo he pedido eso a mi Señor, entonces, no os adelantéis a ellos, puesto que seríais aniquilados, ni seáis negligentes a su respecto, puesto que seríais exterminados”.
En ese momento tomó la mano de ‘Alî (P), levantándola de tal manera, que podía verse la blancura de las axilas de ambos, y toda la gente lo observó. Y dijo:
“¡Oh gentes! ¿Quién posee primacía sobre los creyentes por sobre sus propias vidas?”.
Respondieron: “Dios y Su Mensajero son los más sabios”.
Dijo:
“Ciertamente que Dios es mi Señor y yo soy el señor de los creyentes y poseo primacía sobre los creyentes por sobre sus propias vidas”.
Tras ello dijo:
«فمن كنت مولاه فعلي مولاه»
“Entonces, aquel de quien yo fuera su señor, éste es ‘Alî su señor”. (Y repitió esto tres veces).
Y en la transmisión de Ahmad ibn Hanbal -el Imam de los hanbalitas- se narró que repitió esta frase cuatro veces y tras ello dijo:
«اللهم وال من والاه، و عاد من عاداه، و احب من احبه، و ابغض من ابغضه، و انصر من نصره، و اخذل من خذله، و ادر الحق حيث دار»
“¡Dios mío, Sé amigo de quien sea su amigo, y enemigo de quien sea su enemigo, ama a quien le ame, y odia a quien le odie, auxilia a quien le auxilie, y abandona a quien le abandone, y haz que la verdad esté donde él se encuentre!”.
Tras ello dijo:
“Todos los que hoy estuvieron presentes aquí, deben hacer llegar este mensaje a quienes no estuvieron”.
Todavíano se habían separado unos de otros que el Fiel de la Revelación -el Ángel Gabriel- hizo descender la siguiente aleya de parte de Dios:
«Hoy, os He perfeccionado vuestra religión, He completado Mis gracias para con vosotros y Me satisface para vosotros el Islam por religión».
(Al-Mâ’idah; 5:3)
Entoncesel Enviado de Dios (BP) dijo:
“¡Al·lah-u Akbar!¡Engrandecido sea Al·lah por haber perfeccionado la religión y por haber completado Sus mercedes! ¡El Señor se ha complacido de mi Mensaje y de la Wilaiah (supremacía) de ‘Alî después de mí!”.
Fue aquí que la gente se abalanzó hacia Amîr-ul Mu’minîn ‘Alî (P) para felicitarlo, y entre quienes se adelantaron en felicitarlo fueron Abû Bakr y ‘Umar, quienes le dijeron:
"بخ بخ لك يا بن أبي طالب أصبحت و أمسيت مولاي و مولى كل مؤمن و مؤمنة"
“¡Bravo, bravo por ti, oh hijo de Abî Tâlib! ¡Te convertiste en mi señor y en el señor de todo creyente y de toda creyente!”.
E Ibn ‘Abbâs dijo:
“¡Juro por Dios que tu Wilâiah se ha vuelto (de) obligatoria (aceptación) para la gente!”.
En ese momento el poeta Hassân se levantó y dijo: “¡Oh Enviado de Dios! ¿Me permites que yo recite algunos versos en relación a ‘Alî?”. Dijo: “Recita, por la Gracia de Dios…” Y Hassân recitó:
Les exhortó su Profeta en el día de Gadir Jumm.
Se escuchó al Mensajero que exhortando,
decía: “¿Quién es vuestro Señor y vuestro Walî?”.
Sin aparentar incomprensión, dijeron:
“Tu Dios es nuestro Señor y tú eres nuestro Walî,
y no verás de nosotros desobediencia en la Wilâiah”.
Entonces le dijo: “¡Párate ¡Oh ‘Ali!,
que por cierto que me complace
que después de mí seas líder y guía”.
“Así que, de quien yo haya sido su Señor,
éste es su Walî, y sedle auxiliares y fieles seguidores”.
Entonces fue allí que suplicó:
“¡Dios mío! Sé amigo de su amigo,
y sé para quien sea hostil a ‘Alî, un enemigo”.
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[1]Tawâtur: es el número suficiente de cadenas de transmisión no relacionadas entre sí de una narración, lo cual nos brinda la convicción de su autenticidad.
[2]Al-Gadîr,T. 1, pp. 40-241 (de su traduc. al persa).
[3]Ver: Ibídem, p. 29-34.
[4]San‘â’(Sana) actual capital del Yemen y Busrâ es una ciudad cercana a Damasco. El Profeta brinda una ejemplificación de acuerdo a la capacidad de percepción e imaginación de los que allí se encontraban presentes.
[5]Ihtiyây Tabarsî,T. 1, pp. 71-84. Impreso en Nayaf.
[6]Al-Yâmi‘ As-Sahîh de At-Tirmidhî, T. 2, p. 298.
[7]Al-Isti‘âb,T. 2, p. 373.