¿Cuál es el rol de Irán en la geopolítica actual?
Los grandes medios de comunicación intentaron instalar la idea de que Irán claudicaba o bajaba los niveles de confrontación luego del acuerdo con el G7. En realidad no es así. Hay una cosa que hay que tener muy claro. Irán siempre tiene una línea revolucionaria, ha sido uno de los ejes de la resistencia y su papel geopolítico es ser parte de ese eje de la resistencia integrado por Hezbolah en el Líbano, algunas partes de Siria y otros movimientos a lo largo del mundo. Ese mundo está dividido entre poderes arrogantes, como Estados Unidos, Gran Bretaña, Israel y la OTAN, y los oprimidos que son todos los países que resisten esa arrogancia. El Ayatolah Alí Jamenei dice esto de los poderes arrogantes en relación a una visión islámica del chiísmo en la que se establece que siempre han existido poderes, como los faraones o los imperios, que buscan el dominio del hombre por el hombre bajo una supuesta representación de dios, mientras que por otro lado están los verdaderos representantes de dios, los profetas, los iluminados, aquellos que tienen una claridad mental superior al común de las personas.
¿Cómo se expresaría esa claridad?
No solo pueden ver circunstancias actuales sino también tiene un correcto de lo que pasó en el pasado y lo que pasará en el futuro. Históricamente los profetas de la humanidad plantean esta resistencia contra “los faraones” que pretenden oprimir al hombre y, sobre todo, impedirle alcanzar el máximo de sus potenciales. Los profetas son eso, son como superhombres.
¿Puede equipararse a la idea del Hombre Nuevo?
Si, tal cual. Pero en realidad el hombre nuevo es un hombre viejo porque hablamos que el hombre en todas sus dimensiones que viene desde Adán, es el ser conectado de forma directa con dios. Tiene una consciencia completa respecto de su rol en el mundo y del plan de dios para el mundo. Desde una visión chiíta, Dios es justo, con lo cual quiere la justicia. Cualquier tipo de opresión contra un ser humano, tendrá la oposición de dios, ese es su mandato divino. El ser humano tiene una naturaleza innata que lo hace rechazar las injusticias y las inmoralidades.
¿Cómo confluye esa búsqueda espiritual dentro de las diferentes expresiones en el mundo árabe-islámico en un contexto de relaciones internacionales globales?
Irán tiene como guía espiritual al Ayatolá Jamenei. El busca guiar a las personas hacia un modo de vida pensado en la búsqueda espiritual y moral que logre que el hombre se encuentre con lo que realmente es, con lo que su naturaleza interna le pide. No se opone al crecimiento material siempre y cuando vaya de la mano a un bienestar de la población. No se trata de la dicotomía desarrollo material contra desarrollo espiritual. Hay un flujo constante de información que mezcla todo, esta todo fraccionado y a Irán lo han encasillado de mala manera.
Cuando se dice que en Irán se prohíbe la usura. ¿Qué quiere decir eso? Que los bancos tienen que ser controlados por el desastre que produce la especulación financiera. En ese sentido, Irán cumple un rol fundamental en Medio Oriente. Le pone racionalidad, lógica y argumentación a estas situaciones desde el punto de vista que el ser humano es un ser racional. Irán siempre ha sido solidario con los países del mundo árabe-islámico y con el resto de los países del tercer mundo, entendiendo que el enemigo real son los poderes arrogantes, esa es la línea divisoria.
¿Cómo explicas la división en el mundo árabe islámico?
Hay dos grandes corrientes o centros de difusión del Islam. Arabia Saudita por los petrodólares e Irán desde la influencia en la resistencia, la revolución y el anti-imperialismo. Arabia Saudita es uno de los pocos países del mundo que lleva el nombre de una familia, los Al Saúd, una tribu que hace 200 años recibía dinero de Gran Bretaña para fragmentar al imperio Otomano. Entonces empezaron a fomentar el arabismo porque los otomanos, de origen turco, dominaban los territorios islámicos. De esa manera, los británicos les decían a los Al Saúd que ellos eran los verdaderos representantes del mundo árabe-islámico. El wahabismo, versión oficial y doctrinaria del Islam en Arabia Saudita, es mucho más cuadrada, una cáscara vacía sin contenido espiritual real. Para esa visión, el islam es solamente para musulmanes de Arabia Saudita, una visión exclusivista, casi racial, similar a la relación entre sionismo y judaísmo. El judío o el musulmán es aquel que practique la religión independientemente de donde haya nacido. Es como decir que los cristianos son solo los nacidos en España, es una estupidez. Bueno, esta es la posición del wahabismo, una posición que en el siglo XIX trajo enormes matanzas peor que la que hoy genera Daesh. Con las armas y el financiamiento británico, Arabia Saudita creó su reino, se separó del Imperio Otomano y profundizó el wahabismo. Después de la caída de los otomanos en la primera guerra mundial, Arabia Saudita no solo contaba con el apoyo británico sino también de Estados Unidos a través del intercambio petróleo por armamento y con la condición de no tocar a Israel.
Por su parte, en Irán, que venía de la monarquía del Shah Reza Pahlevi, con una línea similar a la de los Al Saúd, se desarrolla la revolución de 1979 que cambia la lógica y considera que ese tipo de islam era una desviación del islam verdadero. La revolución islámica rompe con esto, sea Shiíta o Sunita, desde una perspectiva general, ese islam aliado de los poderes arrogantes termina con la revolución iraní. Desde ahí nace la diferencia entre Irán y Arabia Saudita.
Hoy en día, el fenómeno Daesh tiene que ver con lo mismo. Se arman grupos con posiciones cerradas y limitadas con una composición de grupos de jóvenes europeos con cierto descontento con el sistema, se los coopta y se los arma. Detrás de esto hay una planificación estratégica apoyada por las potencias como Inglaterra y Estados Unidos. El conflicto no es entre el chiísmo iraní y el sunismo de Arabia Saudita, sino que el conflicto es entre el islam (sea chií o suní) contra el wahabismo y el salafismo que es dentro de islam lo que es el sionismo en el judaísmo. Son mercenarios financiados y entrenados por servicios de inteligencia de occidente.
¿Cómo analizas la relación con América Latina, China y Rusia?
Con respecto a China y Rusia, Irán ha tenido una posición de tipo estratégica. Irán no es amigo de Rusia porque Rusia ha tenido bastantes traiciones con Irán. Hay cierta desconfianza pero es una relación en función de la necesidad que no haya un solo polo de poder. La multipolaridad es beneficiosa para Irán, y Rusia y China son importantes en ese plano. En el caso latinoamericano, Irán entendió que Latinoamérica ha sido el patio trasero de Estados Unidos. En ese sentido, aliarse con Latinoamérica es resistir al imperio y, si hay un pario trasero, significa que hay manera de entrar. Irán apoyará a todos los que resistan a esos poderes arrogantes, esa es la línea de la revolución islámica.
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