Debido a que no hay un largo legado del Islam en Cuba, muchos de los musulmanes de la isla son conversos que encontraron la fe después de hablar con estudiantes y diplomáticos que venían de países de mayoría musulmana, dice Joan Alvado, un reportero gráfico con sede en Barcelona, España. A partir de 2014, Alvado ha fotografiado la vida de los musulmanes cubanos, en La Habana y en todo el país.
A pesar de formar parte del grupo religioso de más rápido crecimiento en el mundo —un informe del Centro de Investigación Pew estima que la población musulmana aumentará en un 73 por ciento en 2050—, los musulmanes de Cuba pueden parecer invisibles, incluso para otros cubanos. “Nadie en La Habana, ni siquiera mis amigos cubanos, sabían que había musulmanes”, dice Alvado.
A principios de la década de 1990, el puñado de ciudadanos musulmanes en Cuba se enfrentaba a la posible persecución por parte del gobierno por practicar su religión, pero la mayoría de ellos adoraba por su cuenta. Pocos podían enseñarles acerca de su nueva fe. Ahora tienen liderazgo, maestros y una gran casa de culto que se inauguró en La Habana en junio de 2015. La mezquita distribuye el vestido tradicional musulmán a hombres y mujeres y dona cordero a los congregantes durante el Ramadán, según informa el portal Cubanet citando a Newsweek.
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