El arresto de Al Qashaami se produjo a la luz de una gran campaña lanzada por las autoridades del régimen absolutista de la familia Al Jalifa contra varias aldeas, entre ellas Barbar, Bilad al Qadim y Sitra, lo que provocó la detención de varios ciudadanos.
La campaña de seguridad coincidió con el anuncio del Ministerio del Interior de que había frustrado un intento de huida del grupo “Ridha al Gasra” fuera del país por mar.
Recientemente, la Asociación de Clérigos Musulmanes de Bahréin pidió a la población paciencia y abnegación para enfrentar la represión del régimen de los Al Jalifa, apoyado por Arabia Saudí, Estados Unidos y el Reino Unido.
El máximo líder de los shiítas de Bahréin, Issa Qassem, ha sido privado de su nacionalidad y está a la espera de juicio por cargos inventados por el régimen bahreiní.
Por otro lado, se informó que a dos días del inicio del sexto aniversario del levantamiento popular, cientos de bahreiníes protestaron contra las políticas represivas del régimen de Al Jalifa.
El acto de protesta tuvo lugar en la localidad de Bani Yamra, donde la policía empleó gas lacrimógeno para dispersar a los manifestantes. Según los informes, varios de los movilizados resultaron heridos.
En la marcha los manifestantes también expresaron su solidaridad con el prominente líder opositor, Sheij Issa Qassem, a quien la dinastía gobernante decidió revocar la nacionalidad, bajo el pretexto de una supuesta “propagación del extremismo”. Ahora está a la espera de juicio por cargos inventados por el régimen.
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