En un discurso pronunciado este jueves, el líder yemení, tras refutar los complots de EE.UU. y el régimen de Israel, ha puesto de relieve que la nación yemení no quedará callada ante las agresiones.
Ha asegurado que EE.UU. e Israel no solo están involucrados en el conflicto en Yemen, sino también están detrás de la crisis de Iraq y Siria.
“Los grupos terroristas takfiríes fueron creados para desviar la atención de las amenazas que representan tanto EE.UU. como Israel para la región”, ha afirmado el líder del movimiento popular yemení.
El máximo líder de Ansarulá ha declarado que el fin de la campaña militar que dirige EE.UU. —país que encabeza una llamada coalición internacional contra el grupo terrorista Daesh, en Siria e Iraq— es dominar a los países de la región.
El 26 de marzo de 2015, Arabia Saudí lanzó una brutal ofensiva militar contra Yemen con el visto bueno de Estados Unidos y prescindiendo del permiso de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en un intento por restaurar en el poder al expresidente fugitivo yemení, Abdu Rabu Mansur Hadi, un fuerte aliado de Riad.
Conforme a las estimaciones de la ONU, la campaña militar saudí ha dejado más de 12.000 muertos. Los grupos pro derechos humanos han denunciado en reiteradas oportunidades el uso de armas prohibidas internacionalmente por el ejército invasor saudí y la destrucción de la infraestructura crucial en Yemen.
Es más, desde el inicio de los bombardeos, millones de yemeníes han tenido que lidiar con la hambruna y cólera, debido al cruel bloqueo que el régimen de los Al Saud ha impuesto sobre el país más pobre del mundo árabe.