Que el ser humano planee un futuro más claro para sí es una cuestión natural que se encuentra en su creación innata. El hombre, a lo largo de su vida llena de altibajos sobre el planeta Tierra continuamente, consciente o inconscientemente, está en búsqueda de este deseo innato el cual el Señor del Universo ha dispuesto en su espíritu. Y en este camino golpea a todas las puertas, quizás así pueda encontrar lo que ansía.
Un breve vistazo a la vida de la humanidad nos lleva a tal conclusión, puesto que incesantemente el hombre corre detrás de construir una aldea habitada con un perfecto confort y bienestar y una plena seguridad, económica o laboral.
La Ciudad Ideal de Platón es uno de estos ejemplos. Incluso, a veces el hombre, para llegar a este anhelo natural e innato, se desvía del sendero original y para obtener estas necesidades cae en oscuros abismos de corrupción, opresión y crimen.
Por otra parte Dios Generoso, Quien ha puesto ese deseo y necesidad en el alma humana, no dejó solo a su siervo, sino que por su Favor y Misericordia respecto a sus criaturas, ha enviado Profetas.
Al principio los educó y probó Él Mismo, luego los presentó como maestros de la humanidad a las sociedades humanas.
El Generoso Corán, como último mensaje divino a la humanidad, presenta como objetivo final de los Profetas el establecimiento de la equidad y la igualdad en las sociedades humanas, allá donde dice: “Hemos enviado nuestros profetas con las evidencias; les acompañamos con el Libro y la balanza para que los hombres observen la justicia”. (Sura Hadid: 25).
Dios Sapientísimo envió a los Profetas y sus Pruebas sobre la Tierra junto al Libro y la Balanza para que el hombre, aprovechando su guía, se esfuerce por establecer la justicia y equidad, y a la sombra de esta seguridad y justicia universal alcance el grado de siervo de Dios, que es una vida plena de felicidad material y espiritual, es decir una sociedad prometida por todos los profetas y enviados divinos.
Pero con una mirada a la vida de la humanidad en el siglo XXI y el incremento de las guerras, masacres, corrupciones e injusticias, pronto se aclarará este punto para el hombre sobre qué diferente es el tiempo actual del hombre en la Tierra y la vida prometida por las Pruebas de Dios sobre el planeta.
Se hace patente cuál es nuestra responsabilidad en estos tiempos de crisis y qué gran carga llevamos sobre los hombros.
Un pueblo que espera al Restaurador debe ser restaurador
Nuestra responsabilidad -seguidores de Ahl-ul Bait (P)- en la época del ocultamiento, se hace clara con esta frase significativa; ahora, ¿acaso en esta sociedad de hoy en día hemos llegado a nuestro objetivo? ¿Acaso hemos hecho algún esfuerzo aunque sea poco, para mejorarnos a nosotros mismos que somos parte de esta sociedad? Y finalmente ¿acaso estamos en el rumbo hacia la sociedad prometida o…?
Sabemos que lo preliminar para marchar en cada sendero es conocer dicho camino y más importante aun es conocer el destino y objetivo. En cuanto al futuro de la humanidad, existen dos opiniones divergentes: una hipótesis dice que el hombre tiene un futuro oscuro, y este desorden y caos llegará hasta tal punto que
el ser humano con sus propias manos desarraigará a su propio género humano. Pero la mayoría de los seres humanos que de algún modo están relacionados con las diferentes escuelas monoteístas y divinas creen que llegará el día en que el hombre se salvará de tanto desorden y por fin la paz, la tranquilidad, la justicia y la seguridad tomarán ellugar de las guerras, derramamiento de sangre, corrupción y opresión, y que los hombres en esa época, lejos de toda preocupación y obstáculos, avanzarán en el camino de la perfección y la felicidad verdadera y éste será un asunto innato y certero de todo hombre cuerdo y libre.
Desde el punto de vista de los musulmanes y los creyentes en las albricias de los Profetas de Dios, existen dos opiniones divergentes en cuanto al tiempo en que aparecerá el último depósito de Dios en la Tierra. El grupo que aproximadamente son la mayoría presenta a la época de la aparición como una época de venganza, masacres y derramamiento de sangre, sin tener en cuenta este tema importante que quién y en qué época y tras cuanta presentación de argumento será asesinado, y de esta manera dibujan una imagen fea e irritable de la época de la aparición del Imam de la Época (P) en la mente de la gente. Por supuesto, no se puede esperar otra cosa de un grupo que, en lugar de referirse a la casa del conocimiento del Enviado de Dios (BP) y de los Imames de laguía (P), se basan en relación a la corporización de los tiempos de la aparición, en las leyendas y fábulas de ancianas y ancianos que inventan historias, o utilizan las opiniones y pensamientos personales limitados.
Existe otro grupo también que interpreta y justifica los majestuosos acontecimientos y sucesos y el perfecto bienestar en la era de la aparición con los inventos y avances actuales del ser humano. Por ejemplo, en lo referente al momento de la aparición que señalan las tradiciones, sobre que el Imam exclamará con su bendita voz en Masyid-ul Haram: “¡Oh habitantes del Universo! ¡Yo soy el Mahdi!” y toda la gente oirá esta exclamación, justifica este hecho hablando de los satélites y otros inventos semejantes y de esta manera echan abajo las exaltadas y luminosas verdades divinas desde el Trono Divino a la Tierra.
Desafortunadamente en los libros o artículos que existen respecto al Restaurador se habla generalmente de temas como su nacimiento, la época de la pequeñaocultación, la filosofía de la ocultación o un análisis científico respecto a la larga edad del Imam, tratando menos sobre la larga espera y el efecto que deja esta espera en la vida de los individuos y la sociedad y el tema de por qué la sociedad humana, en especial los shi’as, deben esperar con ansias el acontecimiento de tal majestuoso hecho divino.
¿Qué suceso extraordinario acontecerá a la sociedad humana que tanto se anima y está atenta al tema de la espera y el fin de la misma?
El libro Kamale Hasti dar ‘Asre Dhuhur, comparado con otros escritos sobre el tema, es un libro sin igual, que en sus capítulos se refiere a los temas en cuanto a la era dorada de la aparición de la última Prueba de Dios y que reúne numerosas palabras esplendorosas del Profeta (BP) y su familia (P), ya que la descripción del sol solo puede ser oída del mismo sol y la interpretacióndel Libro Divino solo puede ser enseñada a través de los portadores de las ciencias coránicas: Ua ma ia’lamuta’uilahu illa Allah uar rasijuna fil ‘ilm, “Pero nadie sino Dios conoce su interpretación y los imbuidos en la ciencia” (Corán; 3:7).
Dijo Amîr Al-Mu’minîn ‘Alî (P): “Juro por Dios que somos nosotros los “imbuidos en la ciencia”, y Dios ha puesto en nuestro poder la interpretación del Corán y ordenó a los demás que se refieran a nosotros”.
Es por ello que el autor de este libro, a fin de corporizar esa época floreciente golpeó a la puerta de la Casa de la Revelación. El Profeta del Islam es la primera personalidad que ha hablado respecto a esta época dorada del Imam de la Época, incluso decenas de años antes de su nacimiento. Los Imames de Ahl-ul Bait (P) también cada cual en su época, muchísimas veces han dado a las gentes las albricias del Esperado y sobre que se llegará a la cima de la justicia, el humanitarismo y el bienestar general en épocas de la aparición del último Huyyah de Dios.
En el libro se señalan dospuntos como elementos efectivos en la aparición del Imam Al-Mahdi (P):
1. La preparación de la gente para la aparición del Mahdi.
2. Pedir a Dios Altísimo la manifestación del Imam Al-Mahdi; por ello sería adecuado que todos los intelectuales y sabios den pasos firmes en presentar a la gente del mundo esta verdad y traten de que la gente lo conozca con una lógica científica, y así, intentando resolverlas ambigüedades de los jóvenes y purificando las páginas del espíritu de los seres humanos, preparen el terreno para la aparición del Mahdi...