En el marco de la inminente cumbre del G-20 en Buenos Aires, se realizaron detenciones a jóvenes musulmanes a raíz de una denuncia de la DAIA. Dirigentes islámicos denunciaron persecución religiosa.
Según la Agencia de Noticias de Ahlul Bait (ABNA) - La detención este jueves de dos jóvenes veinteañeros por una presunta “vinculación” con el movimiento libanés Hezbollah generó una serie de dudas y cuestionamientos sobre la veracidad de la denuncia anónima que derivó en los allanamientos el barrio de Floresta, donde según la versión oficial se incautó un "arsenal".
A la detención de Axel Ezequiel Abraham Salomon (26) y Kevin Gamal Abraham Salomon (23) se llegó a partir de un correo electrónico anónimo que fue enviado a la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA). Allí se alertaba que el menor de los hermanos, Kevin, era seguidor de Hezbollah, manejaba armas de guerra y habría recibido entrenamiento militar en distintos viajes por el Cercano Oriente.
A la denuncia –que habría sido efectuada en enero pasado- le siguió el allanamiento ordenado por el juez federal Sebastián Ramos en el domicilio de la familia Salomon en Floresta, donde se secuestraron dos computadoras portátiles, dos CPU, tres teléfonos celulares y un presunto “arsenal”, según difundió el Ministerio de Seguridad que conduce Patricia Bullrich.
Fuertes inconsistencias
Pero la versión oficial está envuelta en una serie de inconsistencias, ampliamente denunciadas hoy en los medios nacionales por distintos representantes comunitarios de la Federación de Entidades Islámicas de la República Argentina (FEIRA), como el Sheij Mohsen Ali, director de la Casa para la Difusión del Islam.
En el allanamiento, no se ha encontrado elemento concreto alguno que ratifique la presunta conexión, más allá de una simpatía ideológica, de los jóvenes con el movimiento de resistencia y partido político oficial libanés. Además los jóvenes declararon el jueves por la noche entregando las pruebas de sus dichos, pero se les negó la excarcelación.
El "arsenal" incautado contaba con una carabina Mauser calibre 7.65 con mira telescópica (muy antigua), una escopeta calibre 16 y una carabina de aire comprimido, armas típicas de actividades de caza. Además, tenían dos revólveres calibre 38 largo, una pistola Bersa calibre 22, un revólver calibre 25, dos revólveres calibre 22 y municiones.
Dichas armas, según la familia Salomon, están registradas y son una herencia del abuelo de los detenidos, que falleció en 2008. "La ropa no es militar. Es camuflada, porque mis hijos iban a cazar. Las armas eran de mi abuelo, que murió en 2008 a los 82 años. Las tenía desde que era conscripto militar. Cuando falleció, las heredé yo. La única que compré fue una Bersa calibre 22, pero jamás fueron manipuladas por mis hijos. No las saben usar. Y las municiones estaban bajo llave", declaró el padre.
Lo incautado dista de coincidir con lo planteado en la denuncia anónima, donde se aseguraba que Kevin Salomon habría recibido entrenamiento militar en el exterior y que se lo había visto manejando armas de guerra como fusiles AK-47 de origen ruso.
Respecto a los viajes a Medio Oriente, desde el entorno de los detenidos sostienen que se trata de "tres o cuatro" viajes que hicieron para ver a la parte de la familia que vive en El Líbano. "El más chico estuvo dos meses en Irán haciendo un curso de religión. Al Líbano fuimos varias veces a visitar a la familia y nos quedamos 25 o 30 días. Y a Siria fueron en 2009 sólo por dos días, cuando la familia fue a visitar el santuario del nieto del profeta", agregó el padre de los detenidos.
La detención de los jóvenes Salomon, siguiendo una denuncia que habría sido efectuada en enero pasado, se da en un contexto donde el Gobierno salió a agitar fantasmas buscando conectar a la comunidad islámica con otros hechos recientes ajenos a ella, en plena antesala de la cumbre del G-20 en la capital argentina. Incluso, este viernes las fuerzas de seguridad desplegaron grandes operativos por supuestos paquetes sospechosos en el Obelisco y Aeroparque, que terminaron siendo un viejo televisor y una bolsa con sábanas.
En paralelo, este viernes la casa de la familia Hamza pariente de los Salomon y en el mismo barrio, también fue violentamente allanada en forma brutal buscando culpar a su hijo pero finalmente no fue detenido.
La comunidad responde
En conferencia de prensa ofrecida la tarde de este viernes en la sedes de la Asociación Árabe Argentina Islámica (AAAI) en Floresta por autoridades de la institución y de FEIRA junto a los padres de las familias Salomon y Hamza denunciaron y condenaron una persecución por parte del Gobierno nacional y una parte de la Justicia sobre la comunidad toda.
Disertaron y respondieron preguntas de la prensa el Dr. Ismael Jalil abogado de la familia Salomon, Daniel Hosain presidente de FEIRA, Adalberto Assad y Hamid Dib, presidente y vice de la AAAI, el Sheij Abdul Karim Paz director de la Mezquita At-Tauhid, y el Sheij Mohsen Alí director de la Casa para la Difusión del Islam.
El Dr. Jalil afirmó que se está evaluando hacer una denuncia contra el Estado nacional en foros internacionales por la persecución que se está haciendo a una comunidad en función de su origen, convicciones, forma de vida y religión.
“Esta es una comunidad a la que pueden acusar de portar muchas cosas pero no armas, porque lo que porta esta comunidad es moral, ética, palabra, arraigo, honestidad y respeto, que nos diferencia sustancialmente de quienes hoy nos están persiguiendo”, dijo.
El letrado explicó los motivos de los viajes de los jóvenes, referidos al estudio y visita a familiares, que no pueden ser considerados delitos, así como el absurdo de haber acusado al mayor de los hermanos por la posesión y acopio de las armas, cuando ni siquiera vive en el domicilio donde fueron halladas.
“Estamos hablando de dos inocentes de 26 y 23 años que han cometido el enorme delito de decir que son musulmanes, que son argentinos, que son árabes, condiciones de las que están orgullosos y que por supuesto están muy lejos de cualquier actividad terrorista”, afirmó Jalil.
Por su parte el Sheij Abdul Karim Paz, afirmó que “somos una comunidad islámica argentina que quiere paz en nuestro país y la vamos a defender, pero la paz requiere que haya justicia y lo que está ocurriendo en estos momentos no es justo”.
“Nuestra gente es absolutamente inocente. Es tema con la comunidad islámica comenzaron con los hechos de la explosión en la embajada de Israel y la AMIA, que nosotros condenamos desde el primer momento; pero desde entonces sufrimos una gran persecución”.
“Tenemos como argentinos ahora un Papa. Hoy estuve con el máximo referente de la Iglesia Católica en Argentina, Monseñor Poli, me dijo ‘me interesa lo que está pasando con ustedes, contame’, le conté y dijo que está muy preocupado y que además lo iba a informar”.
“Estamos desequilibrados, en esta ciudad se designa ciudadano ilustre a Netanyahu y se agarra a niños de 23 años y se los mete en la cárcel. Entonces, es una locura lo que está pasando”.
“Pedimos a la ministra de Seguridad que sea argentina y como tal que escuche todos los puntos de vista si quiere pero que juzguemos los problemas de Medio Oriente como argentinos. No podemos decir que vamos a perseguir a esta comunidad porque nos informa el Mossad o la CIA o porque Inglaterra da la alerta. ¿Por qué Inglaterra no da la alerta y desaloja las Malvinas?”, destacó.
Mientras que el Sheij Mohsen Ali afirmó que “hemos tomado estos hechos como la apertura oficial de la caza al musulmán argentino… Están yendo a por nosotros, casa por casa, individuo por individuo, por el solo pecado de decir somos musulmanes y nos oponemos a la tiranía”.
“Porque para que haya paz, tiene que haber justicia y no tenemos justicia. La justicia argentina persigue en base a un anónimo. ¿No tuvieron 10 meses para investigar quienes eran estos chicos? … que son inocentes de toda inocencia”.
“Denunciamos que no somos los musulmanes, y menos la totalidad de los argentinos los que queremos extrapolar el conflicto que hay en otro país. Es la DAIA que ahora se ha manifestado y anunció que va a ser querellante contra nosotros”.
Finalmente el padre de los jóvenes encarcelados, dijo “Siento que estoy siendo perseguido en mi país”, dijo “No puedo entender que en mi país estén pasando estas cosas” dijo Paola, la madre.
“Tengo 49 años y soy descendiente en cuarta generación de inmigrantes libaneses, nací en la Argentina y amo a mi país, pero ¿Por qué me hacen esto? ¿por ser musulmana y llevar mi vestimenta?”, agregó.