Amnistía Internacional (AI) condena la creciente represión de la oposición política en Bahréin y exige presiones internacionales para su cese.
Según la Agencia Noticiosa Ahlul Bait (ABNA) - A través de un comunicado, Devin Kenney, investigador de Amnistía Internacional sobre asuntos relativos al Consejo de Cooperación del Golfo (CCG-integrado por los países árabes ribereños al Golfo Pérsico), ha declarado este viernes que está “muy preocupado” por la represión ejercida por los Al Jalifa, que ha hecho que en los últimos años “la oposición política sea detenida, intimidada y silenciada”.
“Pedimos a las autoridades que detengan la actual y creciente represión, y que permitan la libre expresión de voces disidentes, incluida la de aquellos que se oponen a la monarquía”, ha reclamado Kenney un día antes de las elecciones parlamentarias bahreiníes, mediante un comunicado.
En este, AI insta a los socios y aliados internacionales de los Al Jalifa a romper su “silencio” ante esta situación y “usar su influencia para presionar a las autoridades de Bahréin para que se adhieran a los estándares internacionales con los que se han comprometido”.
De cara a las elecciones del sábado, la organización pro derechos humanos Human Rights Watch (HRW) indicó el martes pasado que Bahréin no ha creado las condiciones necesarias para una votación justa y libre, “al encarcelar o silenciar a las personas que desafían a la familia gobernante y prohibir todos los partidos de oposición y los medios de comunicación independientes”, por lo que instó a los aliados de este país, incluidos el Reino Unido y EE.UU., a dejar de apoyar a los Al Jalifa dados los abusos que cometen.
Por su parte, los disueltos grupos de oposición Al-Wefaq y Haq, así como distintos eruditos religiosos bahreiníes, han vuelto a llamar hoy viernes a boicotear las elecciones, a la vez que denunciaban la violencia y la represión que sufre la población del país a manos de la familia gobernante.
En 2011, los bahreiníes dieron inicio a masivas protestas pacíficas a favor de reformas políticas, pero el régimen de Manama acabó sofocando el levantamiento popular con medidas violentas, represivas y juicios sumarios a activistas políticos y civiles opositores