Pero la sorpresa es que Noriega echó una mano al Mossad israelí en docenas de operaciones y contribuyó a la seguridad de Israel.
Esto fue revelado por el diario israelí Yediot Aharonot el jueves, pocos días después de la muerte del ex presidente de Panamá a la edad de 83 años.
De acuerdo con las revelaciones de Yediot Aharonot, que fueron reproducidas por el diario libanés Al Akhbar, el dictador tenía una estrecha relación con el ex director de la Mossad, Mike Harari, y proporcionó a este servicio desde hace décadas una ayuda inconmensurable en sus operaciones en el extranjero.
La relación entre las dos partes comenzó durante el viaje de Harari, entonces jefe del departamento de misiones especiales del Mossad, a Panamá en 1968.
Su misión consistía en reforzar los vínculos entre las autoridades panameñas e israelíes.
En ese país, Harari se reunió con un alto oficial del Ejército de Panamá encargado de la seguridad del aeropuerto: Omar Torrijos. La reunión duró doce horas y así comenzó la historia de una estrecha amistad.
El 11 de octubre del mismo año, Torrijos llevó a cabo un golpe de estado militar y tomó las riendas del poder en Panamá, abriendo también las puerta del país a Israel.
Cuatro años antes de la muerte de Harari, éste dijo en una entrevista: “Torrijos no tocaba el dinero a cambio de prestarnos servicios. Yo puedo pagar miles de dólares a un agente, pero no pago ni un dólar a un jefe de Estado. En todo caso, Torrijos no tenía necesidad de nuestro dinero. Él tenía bastantes fondos para financiarnos. Sin embargo, no teníamos otra ayuda”.
El Mossad se aseguró en efecto de que Torrijos tuviera los mejores cuidados médicos para él y su mujer judía Rahil.
Durante ese tiempo, Manuel Noriega, jefe del servicio de Inteligencia de Torrijos tomó conocimiento de la cooperación con el Mossad israelí, dirigido por Harari. Poco tiempo después, Torrijos murió en “circunstancias desconocidas”.
Noriega le sucedió y prosiguió la misma política en beneficio de los israelíes.
“Vínculos de una gran importancia estratégica para Israel”
“La llegada de Noriega al poder permitió al Mossad llevar a cabo un número indeterminado de operaciones, gracias a la ayuda y las facilidades que Noriega le ofreció”, señaló Yediot Aharonot.
Las relaciones sólidas entre las dos partes continuaron después de la salida de Harari del Mossad en 1980. Éste continuó a pesar de todo reforzando sus vínculos con Noriega, que tenían una “gran importancia estratégica” para Israel.
Harari volvió a Panamá donde elaboró varios proyectos personales manteniendo sus vínculos con Noriega.
Sin embargo, en la década de 1980 las buenas relaciones del presidente de Panamá con EEUU comenzaron a deteriorarse.
George Bush padre tomó la decisión de invadir Panamá y tomar el control de su canal.
Según las informaciones, Harari presentó una propuesta de “mediación”, que estipulaba la salida de Noriega hacia otro país. Sin embargo, la iniciativa israelí no tuvo éxito y tuvo lugar la invasión estadounidense de Panamá en 1989. A continuación, Noriega y Harari se convirtieron en personas buscadas, acusadas de implicación en el tráfico de drogas y de armas así como de varios asesinatos.
El Yediot añade que EEUU capturó a Noriega, pero Harari huyó en un submarino israelí que vino a rescatarlo. El periódico israelí señala que él huyó gracias al apoyo de redes locales.
“Las acusaciones de EEUU lanzadas contra Harari por sus implicaciones con Noriega en los crímenes e infracciones afectaron negativamente a la vida del ex director del Mossad hasta su fin”, concluye el periódico israelí.