Todos los detenidos durante el pasado día sábado eran miembros del Movimiento Islámico en Nigeria (MIN), cuyo líder es el Sheij Ibrahim Al-Zakzaky, quien está privado de libertad hace cerca de dos años.
Las ceremonias de 'Ashura se celebraron a pesar de la prohibición por parte del estado de Sokoto sobre la la realización de actividades del grupo.
"El Movimiento Islámico está muy consternado a motivo de las noticias dictaminadas por el Comisionado de Justicia estatal de Sokoto quien anunció la prohibición de las procesiones shiítas en el estado", dijo un portavoz del MIN.
"Para evitar cualquier duda nos gustaría recordar al gobierno del estado y al público en general que todas nuestras procesiones se han desarrollado en el marco pacífico a lo largo de la historia del Movimiento Islámico. De hecho, las últimas tres procesiones llevadas a cabo por el Movimiento Islámico de Nigeria en Sokoto carecían de todo lo que fuese contra la ley [y el orden público] y gozaban con la presencia policial [protección] tal como lo señala y ordena la Constitución nacional, por lo que nos sorprende que sea calificado de desorden público anticipado, como lo ha proclamado el comisario", añadió el vocero.
Mientras tanto, los miembros de la MIN han mantenido una nueva protesta en la capitalina ciudad de Abuya, exigiendo la liberación de su líder encarcelado, el Sheij Al-Zakzaky.
El 13 de diciembre, las fuerzas nigerianas allanaron la casa del prominente clérigo musulmán Shiíta, el Sheij Ibrahim Al-Zakzaky, líder del Movimiento Islámico de Nigeria, y lo arrestaron después de matar a los que intentaban protegerlo, incluyendo a uno de los líderes del movimiento y su portavoz.
El violento allanamiento ocurrió un día después de que los soldados nigerianos atacaran a los musulmanes shiítas que asistían a una ceremonia en un centro religioso en la ciudad de Zaria, acusándoles de bloquear el convoy del jefe del Estado Mayor e intentar asesinarlo. El propio Sheij Al-Zakzaky, que fue disparado siete veces durante los ataques a su vivienda y como consecuencia resultó cegado de uno de sus ojos; aún cerca de dos años después de la masacre permanece bajo custodia del ejército sin que se presenten cargos contra él.