En el discurso 201 de la obra Nahyul Balagha el Imam Alí (P) aconsejó a sus compañeros a que no se sientan intranquilos si son minoría, y para que recuerden que apoyar a las malas acciones es tan condenable como cualquier mala acción -propia- cometida:
¡Oh gente! No os sintáis atemorizados ni decepcionados si veis que muy poca gente sigue el camino de la verdad y la salvación, porque la mayoría de los hombres, están locos por los placeres mundanos, en un mundo en donde tras largas y exacerbantes expectativas, quedará poco tiempo para disfrutar de los placeres, sin embargo, luego vienen largos periodos de sufrimiento y castigo.
No importa cuán diferentes puedan ser vuestras formas de actividad y maneras de hacerlas, los principios básicos del bien y el mal, reúnen a todos los hombres bajos ciertas categorías. Sabéis bien que sólo un hombre mató al camello del Profeta Saleh (P) pero toda la nación hubo de sufrir por ello debido a que todos aprobaron la acción. El Señor sugirió indirectamente respecto a ese incidente al decir:
«La apuñalaron, pero al día siguiente -cuando se dice que descendió la Cólera de Dios- ellos (demasiado tarde) lamentaron la acción»
(26:157)
Su castigo vino en forma de un devastador terremoto que se produjo con un estruendo demoledor, seguido de estremecimientos terribles, que borraron de la existencia a esa comunidad.
¡Oh gentes! Quien sigue el recto camino, alcanzará fácilmente la salvación, y quien se extravíe, verá que el final de su viaje será la condenación eterna.