La victoria en Londres, cuya alcaldía ha ocupado durante los últimos ocho años el conservador Boris Johnson, era crucial para el Partido Laborista, que superó el superjueves con un balance agridulce. El partido de la oposición, en su primer examen en las urnas desde que el socialista Jeremy Corbyn asumió el liderazgo en septiembre, sigue siendo el dominante en la política municipal inglesa: pierde un 6% de apoyo con respecto a las últimas municipales, pero sube cuatro puntos respecto a su resultado en las generales del año pasado. Sin embargo, sufre un revés en Escocia, no por anunciado menos aparatoso, donde los tories le arrebatan el liderazgo de la oposición. Ganar en Londres contribuiye a acallar las críticas de los numerosos diputados que consideran un suicidio electoral el giro a la izquierda emprendido por el laborismo de la mano de su nuevo líder.
La de la alcaldía de Londres —el tercer mayor mandato personal de Europa por detrás de los presidentes de Francia y Portugal— ha sido una campaña agria. Los ataques personales entre los dos principales candidatos —de un total de 12 que se presentaban— han ensombrecido el necesario debate sobre los colosales retos que aborda la capital global. Goldsmith acusó a Khan de radical, por compartir tribuna con otros musulmanes, a lo que Khan respondió con acusaciones de Islamofobia.
En los últimos días, la campaña se vio aún más enturbiada por el escándalo de antisemitismo surgido en el seno del Partido Laborista, que acabó con la suspensión de una diputada y del veterano Ken Livingston, alcalde de Londres entre 2000 y 2008, y desencadenó una investigación interna encargada por Corbyn. Pero sus críticos le acusaron de reaccionar tarde, y el propio Khan admitió que podía haber perjudicado a su campaña.
Los perfiles de los dos candidatos no podían ser más diferentes. Sadiq Khan, de 46 años, es el hijo de un conductor de autobús paquistaní. Zac Goldsmith, de 41, es el multimillonario heredero de una dinastía de banqueros judíos. Khan creció en una vivienda social; Goldsmith, en una mansión. Khan estudió en un colegio público; Goldsmith, en el elitista Eton. Khan es un musulmán practicante, que trabajó como abogado pro derechos humanos antes de obtener su escaño por su barrio de Tooting, en el sur de la ciudad, en 2004. Goldsmith es un judío no practicante, que dirigió una revista ecologista y obtuvo su escaño por Richmond, en el oeste de la capital, en 2010.
El referéndum del próximo 23 de junio sobre la permanencia del país en la Unión Europea también ha sobrevolado la campaña por la alcaldía. Khan es un europeísta convencido y Goldsmith —cuyo padre fue un ferviente euroescéptico fundador en los años 90 del Partido del Referéndum— es partidario del Brexit. Por eso muchos querrán ver en estas elecciones una antesala de la consulta que se celebrará un mes y medio después.
source : abna24