El padre de la chica, Maydi Shweiki, dijo que su hija lleva ya más de un año en prisión y que el dictado de la sentencia se aplazó en dos ocasiones. La condena es resultado de un acuerdo de declaración de culpabilidad alcanzado con la acusación, precisa un reporte de la agencia de noticias palestina Maan.
Shweiki, vecina del barrio de Silwan, al este de Jerusalén, fue detenida el 6 de diciembre de 2015 cerca de su casa cuando la Policía halló un cuchillo en una bolsa que portaba durante un registro.
La detención fue grabada por varios jóvenes palestinos con sus teléfonos móviles, pero estos fueron posteriormente confiscados por las fuerzas de seguridad israelíes. Después se produjeron violentos disturbios en la zona. Al menos un joven palestino resultó herido por metralla tras la explosión de una granada aturdidora.
Dos días después Shweiki fue puesta en libertad, pero el 22 de diciembre la Policía la detuvo de nuevo en el barrio de Al Sharaf, también en Jerusalén sin que se conozcan los motivos.
El pasado jueves, un tribunal militar israelí condenó a una palestina de 16 años a 18 meses de prisión por un presunto intento de apuñalamiento a un militar israelí, y otro joven de Jerusalén de 22 años fue condenado a 35 años de prisión por presunta colaboración en un apuñalamiento fatal.
Los casos similares se han multiplicado en los últimos meses con sentencias cada vez más duras, como los 18 años de prisión impuestos a un palestino por lanzar una piedra contra un coche israelí. El vehículo se estrelló y un israelí se mató.
La asociación de defensa de los derechos de los presos palestinos Addameer informó que al menos 64 palestinas y unos 400 menores palestinos están presos en las cárceles israelíes, una cifra que se incrementó a raíz de la oleada de disturbios iniciada en octubre de 2015.
[Addameer también denuncia la tortura psicológica y los maltratos a las detenidas en forma de violencia sexual, palizas, insultos, amenazas, registros y acoso sexual explícito.]
Addameer también denuncia la tortura psicológica y los maltratos a las detenidas en forma de violencia sexual, palizas, insultos, amenazas, registros y acoso sexual explícito.