Ali, de 44 años, y su madre, Khalilah Camacho-Ali, fueron detenidos e interrogados el pasado 7 de febrero en el aeropuerto internacional de Ft.Lauderdale (Florida), cuando regresaban de unas vacaciones en Jamaica. Los agentes de la Oficina de Aduanas y Protección de Fronteras (CBP) les preguntaron a qué religión pertenecían y los detuvieron por casi dos horas cuando contestaron que eran musulmanes.
Ali, un ciudadano estadounidense, describió el interrogatorio como una experiencia humillante y un abuso a sus derechos humanos mientras que, a su derecha, su madre, dijo a los legisladores que jamás se había sentido “tan incómoda en mi propio país”, según informa el portal laopinion.com
Ambos pidieron la aprobación de una medida de Conyers presentada en la pasada sesión legislativa para prohibir la discriminación racial por parte de la policía, llamada “Acta para Frenar la Discriminación Racial” (ERPA, en inglés).
Camacho-Ali, también de fe musulmana, en particular aseguró sentirse ofendida por la idea de equiparar a los musulmanes con criminales, como si la religión fuese un indicador de peligrosidad.
“No les llamé cristianos (a quienes) nos sometieron a la esclavitud… los terroristas simplemente son criminales, por favor no les llamen musulmanes”, urgió la segunda esposa del fallecido boxeador, Muhammed Ali.