Unesco insta a Israel, la potencia ocupante, a cesar en las excavaciones en la parte este de la ciudad. En concreto, denuncia las persistentes excavaciones, túneles, obras y proyectos en el este de Jerusalén, la parte de Jerusalén ocupada ilegalmente por las tropas invasoras israelíes en 1967.
La resolución es particularmente hiriente para Israel no solo porque cuestiona su soberanía sobre la ciudad, que considera capital indivisible de su Estado, sino porque ha sido aprobada la víspera del Día de la Independencia.
La Unesco destaca la importancia de la Ciudad Vieja de Jerusalén y su Muro para las tres religiones monoteístas y acusa a las autoridades israelíes de acciones que han alterado o pretenden alterar el carácter y el estatus de la Ciudad Santa.
La resolución fue aprobada con 20 votos a favor, 10 en contra y 22 abstenciones. A favor han votado países árabes, musulmanes y africanos, Irán, China, Brasil, Rusia y Nicaragua. En contra han votado Estados Unidos, Ucrania, Italia, Alemania, Reino Unido, Paraguay, Lituania, Grecia, Togo y Países Bajos. Entre los países que se han abstenido figuran España, Francia, México, Kenia, Argentina o Japón.
Por su parte, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, criticó a la Unesco en previsión de esta votación. "Negamos a la Unesco y mantenemos nuestra verdad, que es la verdad. Jerusalén ha sido el corazón de la nación a lo largo de la historia judía. Este año celebramos el 50 aniversario de la liberación y unificación de Jerusalén y el 120 aniversario del Primer Congreso Sionista", dijo.
El embajador palestino ante la Unesco, Elias Wadih Sanbar, destacó que la resolución "no da un cheque en blanco a un ocupante que está actuando con total ilegalidad e impunidad".
Israel ha roto todas sus relaciones con la Unesco en represalia por este tipo de resoluciones que cuestionan el carácter únicamente judío de Jerusalén.