Fiscales brasileños han anunciado cargos contra once personas, que fueron acusadas de tratar de establecer un grupo terrorista dentro del país y reclutar militantes para enviar a Siria.
Según la Agencia Noticiosa Ahlul Bait (ABNA) – La fiscalía federal en el estado de Goias, en el centro de Brasil, dijo que los acusados eran responsables de promover el grupo terrorista Daesh a través de las redes sociales y de compartir materiales a través de WhatsApp y Facebook.
Dijo que también intentaban reclutar "menores para tomar parte en actos terroristas en territorio nacional".
De acuerdo con una demanda judicial, uno de los acusados usó un grupo de conversación llamado "Califato del Estado brasileño" para sugerir copiar el ataque del Puente de Londres del año pasado. El sospechoso también discutió planes para llevar a cabo ataques durante el carnaval en Río de Janeiro o en Salvador de Bahía para matar a tanta gente como sea posible, dice el documento.
Dos de los acusados están detenidos en una prisión de máxima seguridad y otros cinco, arrestados desde octubre, fueron liberados en espera de juicio, dijo la fiscalía.
La policía también dijo que encontraron armas caseras en la casa de uno de los sospechosos, que utilizó otro grupo de conversación para discutir un ataque con los explosivos.
Fue el segundo grupo afiliado a Daesh desmantelado por el país latinoamericano en dos años.
Antes de los Juegos Olímpicos de Río 2016, la policía arrestó a miembros de un grupo, que estaba planeando llevar a cabo ataques durante los juegos. En aquel entonces, un tribunal condenó a ocho personas a hasta 15 años de prisión. Ninguna de las supuestas tramas se llevó a cabo alguna vez.
El gobierno brasileño dijo que el grupo era "absolutamente amateur", cuyos miembros estaban en contacto a través de aplicaciones de mensajería, pero que no se conocían personalmente.
Los últimos cargos fueron los primeros en virtud de una nueva ley antiterrorista, que permite a los tribunales condenar a los condenados por terrorismo a hasta 22 años de cárcel. El terrorismo solía ser tratado como cualquier otro crimen en Brasil.