El régimen Saudí y los Emiratos Árabes Unidos (EAU) están utilizando Bahréin como “prueba piloto” para establecer relaciones más cálidas con Israel.
Según la Agencia Noticiosa Ahlul Bait (ABNA) – Una delegación israelí viajó el pasado mes de junio a Bahréin para asistir a un evento de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), ha informado este lunes el diario israelí Haaretz, que describe esta visita como relevante porque podría indicar un cambio en las relaciones de los países árabes del Golfo Pérsico con el régimen de Tel Aviv.
“Los países árabes que no reconocen oficialmente a Israel han insistido a lo largo de los años en no permitir el ingreso a los israelíes, incluso cuando son sede de grandes eventos internacionales”, ha informado el periódico israelí.
Expertos estadounidenses afirman que pese a que Bahréin e Israel no tienen lazos formales, ambos están tratando de establecer relaciones.
“Es de suma importancia que Bahréin e Israel aumenten su cooperación”, ya que Manama es un referente para otros Estados árabes del Golfo Pérsico, como los Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudí, que también ven a Israel como un socio potencial para detener la influencia de Irán en la región, afirma Jonathan Schanzer, miembro del grupo de expertos de Fundación para la Defensa de las Democracias, con sede en Washington.
Informes y documentos oficiales revelados en los últimos años muestran un creciente acercamiento secreto entre las autoridades de Israel y de algunos países árabes del Golfo Pérsico.
Arabia Saudí no reconoce oficialmente a Israel y no tiene vínculos formales con este régimen. Sin embargo, hay datos indicadores de que las dos partes han cooperado secretamente durante años.
En los últimos meses, el reino árabe ha estado suavizando gradualmente su postura pública hacia Israel en lo que los analistas describen como un intento de Riad de preparar a la opinión pública en su país y en otros lugares para posibles relaciones normales con Israel.
Pero aun así, antes del príncipe heredero saudí, Muhammad bin Salman, ningún alto funcionario saudí había aceptado públicamente que Israel tiene derecho a tener su propia tierra.